Homofobia internalizada: un mal de transmisión social
La homofobia internalizada constituye un conjunto de actitudes y emociones negativas hacia la propia homosexualidad o diversidad sexual. En términos más cotidianos, la homofobia internalizada puede entenderse como elrechazo, la vergüenza o el odio en personas LGBT frente a ciertascaracterísticas de su identidad que no concuerdan con lo socialmente esperado sobre el género y la orientación sexual. ¿Por qué se presenta y cómo podemos detectarla?
¿Es una fobia?
La homofobia internalizada no está catalogada como un trastorno mental y muchos profesionales de la salud mental consideran que no se trata de una fobia, pues no es un concepto estrictamente psicológico y la analogía que pretende hacer con otras fobias no resulta adecuada. Por tanto el término resulta confuso y desconoce los procesos socioculturales involucrados en este fenómeno. Además hace referencia únicamente a personas homosexuales, desconociendo que también puede presentarse en personas bisexuales, personas trans o personas con cualquier otra diversidad sexual o de género.
Algunos incluso han planteado conceptos alternativos como heterosexismo, prejuicio sexual, homonegatividad o estigma sexual internalizado. Esta última opción tiene ciertas ventajas frente a las demás.
El estigma sexual internalizado es un término amplio que permite entender las dinámicas emocionales que experimentan muchas personas LGBT. A su vez, la noción de estigma abre la posibilidad de entender los dilemas y conflictos que enfrentan las personas alrededor de su deseo sexual sin necesariamente hacer referencia a categorías específicas como gay, lesbiana, bisexual o trans.
Te puede interesar:
Tengo miedo al VIH: prejuicios, mitos y estigma frente al VIH
Amigos LGBT: ¿cómo conocerlxs y ampliar tu red de apoyo?
Adicto a Grindr: ¿Cómo salir del círculo vicioso?
¡No quiero sentir vergüenza por ser LGBT!
Las personas trans no están enfermas
¿Cómo puedo detectarla?
Algunos signos detectables de la homofobia internalizada son:
- Estar excesivamente pendiente de que “no se me note“
- Descalificar, burlarse o agredir a hombres más femeninos o a mujeres masculinas
- Pensar recurrentemente: “si no fuera así, mi vida sería mejor” o “está mal ser así”
- Sentimientos de culpa, vergüenza y asco por sentir deseo sexual hacia personas del mismo sexo
- Agresiones hacia uno mismo
- Síntomas físicos como náuseas después de tener un contacto sexual.
¿Por qué ocurre?
Nuestro contexto está lleno de prejuicios y estereotipos hacia las personas no heterosexuales. Muchas veces el deseo hacia personas del mismo sexo es visto por la prensa, la religión, las novelas y las conversaciones cotidianas como algo anormal, patológico e indeseable, por lo que la actitud de las personas en general hacia todo lo que se relacione con palabras como gay, lesbiana, bisexual o trans es negativa e incluso violenta.
Las nuevas generaciones, al crecer en este contexto, adoptan muchas de estas actitudes y prejuicios negativos y una vez identifican su deseo o su identidad de género, las dirigen hacia ell@s mism@s.
Este panorama permite entender la alta prevalencia de homofobia internalizada y permite despatologizar su ocurrencia, poniendo un énfasis en su carácter sociocultural y no meramente individual.
Existe una estrecha relación entre el estigma sexual internalizado y la depresión, la ansiedad y la baja autoestima en personas LGBT.
¿Cómo la entienden los psicólogos?
Por su carácter sociocultural, un primer frente de intervención apunta a la educación y el cambio a nivel social: entre más aceptación hacia la diversidad y menos violencia e invalidación exista frente a las diversidades sexuales y de género, menor será el grado de homofobia internalizada.
Para los psicólogos y psiquiatras resulta fundamental reconocer la relación del estigma sexual internalizado con la depresión, la ansiedad y la baja autoestima que muchas personas refieren como motivo de consulta.
En el campo de la intervención, algunos abordajes terapéuticos han orientado a quienes enfrentan la homofobia internalizada a afirmarse sobre una identidad gay, lesbiana, bisexual o trans, perfilando como uno de los indicadores de éxito de sus intervenciones el hecho de que las personas “salgan del closet” y expresen con amplitud su orientación sexual o su identidad de género.
Desde nuestra postura, la afirmación no es el único camino. Si bien identificarse con una categoría u otra o salir del closet puede aliviar el sufrimiento de algunas personas, este no siempre es el caso y el papel de los terapeutas que acompañen estos procesos debe ser cuidadoso, propiciando una escucha libre de juicios que permita a la persona construir su propia identidad y orientar su vida en dirección a lo que es importante para ella, a su propio ritmo y sin imponer ninguna posición o dogma.
¿Cómo comprendes la homofobia internalizada?, ¿cómo la has identificado? ¿qué alternativas pueden ser útiles para manejarla?
Te invitamos a dejar tus opiniones, ideas, experiencias y aportes sobre este tema en la sección de comentarios que encontrarás debajo del formulario de contacto. ¡Queremos oírte!