Mi hijo es gay, mi hija es lesbiana, ¿qué hago?
Es de esperar que sea difícil para muchos padres enterarse de que su hija o hijo es homosexual, teniendo en cuenta que vivimos en una sociedad en la que existen aún muchas creencias y temores frente a este tema, como por ejemplo pensar que estas personas son más propensas a padecer ciertas enfermedades o a tener vivencias de discriminación, violencia, promiscuidad y drogadicción.
Los padres y las madres pueden sentirse muy sorprendidos, avergonzados, culpables, incomprendidos, tristes como si hubieran perdido algo, confundidos o en shock; sentimientos apenas normales si tenemos en cuenta que los imaginarios negativos siguen teniendo fuerza y muchas veces son la única referencia que se tiene sobre la homosexualidad. ¿Cuáles son las preguntas y los temores de los padres cuando un hijo o una hija sale del clóset?
“¿Por qué es homosexual? ¿Es mi culpa?”
Muchos padres y madres se preguntan con mucho dolor: “¿qué hice mal?” Una mamá podría pensar: “tal vez si no lo hubiéramos consentido tanto sería diferente“, y un papá podría tener incluso dudas respecto a su rol como padre y como modelo de masculinidad: “¿será que no fui un buen modelo de hombre para mi hijo?“
Sin embargo, resulta poco útil buscar la causa de la homosexualidad del hijo o la hija, ya que el saber si nació así o determinada situación hizo que él o ella sea así, no cambia en nada la situación actual que se está viviendo.
Además, la homosexualidad no es considerada una enfermedad por la ciencia desde hace más de 20 años y se ha evidenciado que las personas homosexuales provienen de todo tipo de familias, sociedades y culturas.
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“Ya no puedo ver a mi hijo como el mismo de antes”
Frente a la revelación de la homosexualidad de un hijo, muchos padres y madres sienten una pérdida del hijo que siempre pensaron que iban a tener y de todos sus sueños sobre su futuro. Para algunos, todo sucede de repente y la noticia los toma por sorpresa, mientras otros sospechaban o intuían que esto podía ocurrir.
En este momento se evidencia la frustración, tristeza, decepción y desilusión que genera el rompimiento de ese hijo ideal que muchos padres construyen en su imaginario y la tensión por aceptar la realidad de un hijo que no cumple con las expectativas que ellos tenían y que tal vez no siga el rumbo de vida que ellos imaginaron para él.
En esta situación, muchas madres y padres se sienten lejos de sus hijos, piensan que ellos van a vivir una vida de soledad, que nunca podrán tener una pareja estable y mucho menos hijos.
Sin embargo, la orientación sexual es solo un aspecto más de todas las características personales de los hijos y no necesariamente impide lograr bienestar personal o conformar una familia.
La sexo-afectividad no es un fenómeno únicamente biológico, sino que además se trata de un fenómeno social y psicológico, en el que cada persona puede decidir.
“¿Qué puedo hacer frente a esta noticia? ¿cómo puedo seguir adelante después de algo así?”
Algunos padres y madres piensan que una posible solución a esta situación es adoptar estrategias de control y restricción, creyendo que con castigos es posible “que su hijo se enderece”. Sin embargo, estas prohibiciones lo único que provocan es distanciamiento, mentiras y desconfianza en la familia, convirtiendo estas aparentes soluciones en más problemas.
Por otro lado, dependiendo de las características de cada familia, en algunos casos los hermanos pueden servir como puente o bisagra entre lo que piensan los padres y lo que piensa su hijo homosexual, facilitando la resolución de los conflictos, la búsqueda de soluciones y el apoyo emocional que tanto padres como hijos pueden necesitar.
Para otros padres y madres de familia ha sido útil buscar un apoyo psicológico por parte de un profesional experto en el tema, dado que muchas veces es un tema difícil de hablar con otros familiares o amigos.
Es importante que los padres cuenten con un espacio terapéutico en el que puedan explorar con tranquilidad lo que para ellos implica esta nueva situación, los temores que tienen frente al futuro de su hijo o hija, las emociones que acompañan estos momentos iniciales y las alternativas para preservar su propio bienestar y los vínculos familiares.
Finalmente, puede ser útil que los padres y las madres reevalúen lo que esperan de sus hijos e hijas y de ellos mismos, observando si esas expectativas pueden flexibilizarse o no , si la orientación sexual de su hijo es un impedimento para que los proyectos de vida se cumplan o no y en últimas que a partir de esta experiencia todos puedan aprender a hablar de temas difíciles, encuentren qué los une y reflexionen acerca de qué quieren lograr como familia.
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