¿Por qué no se me para?: Momentos incómodos en el sexo gay

Los hombres gay sienten una presión fuerte sobre su apariencia física y desempeño sexual. ¿cómo entender las disfunciones sexuales que experimentan?

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¿Por qué no se me para?: Momentos incómodos en el sexo gay

por qué no se me para

En la cama se encuentran Carlos* y Martín*, están besándose y las cosas poco a poco van llevando a que Martín deslice su mano hacia la entrepierna de su amante con una idea muy clara de lo que quiere encontrar. Sin embargo se topa con algo totalmente inesperado, Carlos* no tiene una erección. Martín piensa, “¿será que no le gusto? Nunca me había pasado esto con nadie, ¡que humillación!“, mientras que Carlos piensa, “¿qué me pasa?, ¿por qué no quiere funcionar? ¡que pena!

La vergüenza, la incomodidad y la ansiedad se apoderan de la situación, frustrando las intenciones de ambos. Lo anterior refleja situaciones comunes pero poco comentadas en la vida de los hombres gay. ¿Qué hay más allá de esos “momentos incómodos”?, ¿cómo entender las disfunciones sexuales que experimentan los hombres gay?

Viviendo en un mundo de six-packs y penes firmes

Entre los hombres gay existe una presión fuerte y constante sobre la apariencia física y el desempeño sexual. Tener una vida social y sexual poco activa o preferir hombres que no encajan en el estereotipo de macho fitness pueden ser puntos débiles o blancos de crítica social.

Algunos caen en la trampa que esta dinámica plantea, presentándose ante los otros como hombres con un deseo sexual elevado y constante, donde no hay espacio para un dolor de cabeza o para el cansancio; siempre se está al acecho, en una cacería permanente.

En el marco de esta dinámica, en un encuentro casual, un pene flácido se constituye como la peor carta de presentación y el inicio de una potencial tragedia social: “¿qué va a pensar de mi?” “¿que tal que le cuente a los amigos? Voy a tener fama de mal polvo“.

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Por otra parte, en una relación de pareja estos “problemas” tienen un tinte distinto y pueden ser el desencadenante de conflictos o inseguridades en uno o ambos miembros de la pareja. Pensamientos como “¿será que tiene a otro?“,”¿será que ya no le gusto?“, “no lo puedo excitar, algo está mal en mi“, “el sexo no es como antes, es hora de terminar” afloran y pueden alimentar ciclos de discusiones y peleas.

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¿Seré el único al que no se le para?

sexualidad gay Al ser un tema del que poco se habla, muchos creen que son los únicos que experimentan situaciones incómodas o difíciles en la cama.

Sin embargo, diversos estudios han señalado que entre los hombres gay las dificultades para tener y mantener una erección y para poder eyacular son frecuentes. Una posible explicación que se ha perfilado ha sido el miedo o la ansiedad de fallar en la relación sexual.

Ser exitoso sexualmente puede ser muy importante en los círculos sociales de algunos hombres gay. Por tanto, en el momento de tener un encuentro sexual puede surgir un poco de ansiedad o miedo a no cumplir con las expectativas del otro. A estas emociones se suman pensamientos que anticipan una catástrofe: “¿qué pensara si no me vengo?“. En últimas, estos pensamientos pueden aumentar el estrés, el miedo o la ansiedad, liberando adrenalina en el cuerpo e inhibiendo la respuesta sexual.

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Tirar para venirse: ¿no hay nada mas allá de eso?

El problema escala al creer que estos pensamientos catastróficos constituyen hechos o verdades, pues la rumiación acerca de escenarios posibles impide centrar la atención en lo que se está viviendo en ese justo momento, y se deja de vivir en el presente para vivir en función de un futuro que es incierto. Es así como muchos hombres limitan su vida sexual para no vivir otros momentos incómodos ni sentir miedo o vergüenza nuevamente.

Lo anterior nos pone de frente a cuestionamientos que vale la pena plantearse, ¿el sexo se reduce a lo genital?, ¿se acaba una relación sexual con el orgasmo?

Una relación sexual no necesariamente tiene que girar en torno a un pene erecto. En algunos estudios se ha evidenciado que las parejas gay tienen una sexualidad mucho más flexible que las parejas heterosexuales, ya que el orgasmo puede alcanzarse de diversas maneras, ya sea por masturbación mutua, sexo anal o sexo oral, entre otras prácticas sexuales posibles.

Entre los hombres gay existe una presión fuerte y constante sobre la apariencia física y el desempeño sexual.

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Por otro lado, puede haber un intercambio de roles sexuales que amplía el panorama de posibilidades y puede nutrir la creatividad de los participantes para experimentar placer.

*Estos nombres se emplean con fines ilustrativos y no corresponden a nadie en particular.

Te invitamos a dejar tus opiniones, ideas, experiencias y aportes sobre este tema en la sección de comentarios que encontrarás debajo del formulario de contacto. ¡Queremos oírte!


Acerca del autor: Liberarte

Somos un equipo de psicólogos con Maestría en psicología clínica de la pontifica Universidad Javeriana. Llevamos desde el 208 atendiendo a personas LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales) en psicoterapia individual, de pareja y de familia. adicional a esto realizamos investigación académica en temas relacionados con la orientación sexual y la identidad de género.

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