Tic-tac: mi reloj homofóbico
El tiempo pasa y ni nos damos cuenta, estamos siempre de afán, corriendo en una vida llena de ocupaciones, trancones, compromisos y responsabilidades. Pero para lo que realmente es importante, el tiempo parece detenerse, ir hacia atrás o volver una y otra vez a conflictos que creíamos superados: ¿Será que tenemos un reloj homofóbico?
Tic-tac
Tal vez este reloj sólo marca el tiempo cuando le conviene, cuando tenemos mil ocupaciones, responsabilidades y es entonces cuando de forma arbitraria decide acelerar su ritmo para llevarnos al límite.
Pero cuando nos conviene a nosotros, cuando se trata de nuestros sueños, proyectos, esperanzas y sentidos, el reloj caprichosamente se hace más lento y de forma perezosa marca los días, los meses y los años sin mucho entusiasmo.
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Tic-tac, tic-tac
Parece que por muchos años hubieramos llevado en la muñeca un reloj homofóbico, porque la familia todavía trata a nuestra pareja de la misma forma como el primer día que la conocieron y nos duele cada vez que nos hablan de “esa amiga tuya” y no la invitan a las famosas celebraciones familiares. Parece que nuestro reloj se hubiera detenido, hubiera decidido, como lo haría un dictador nazi, no marcar el tiempo en este aspecto tan importante para las personas LGBT.
No quiero seguir cargando mi reloj homofóbico.
Tic-tac, tic-tac, tic-tac
El reloj dice que tal vez no nos hemos preocupado por lo que realmente es importante, que somos nosotros quienes decidimos en qué invertir el tiempo, cuáles son nuestras prioridades y como debemos actuar día a día para que cada segundo valga la pena. Está dispuesto a ser nuestro aliado, a dejar de lado sus caprichos y ponerse la camiseta de la diversidad, pero primero nosotros debemos hacerlo. Entonces, si nos atrevemos a usar todas las herramientas que tenemos al alcance, a pesar de la injusticia, la discriminacióny la necesidad de cambios culturales, marcará los segundos y los minutos a nuestro favor.
A partir de esta reflexión es importante que nos tomemos un momento para pensar sobre nuestras prioridades en la vida, con el fin de impedir que nuestro reloj se vuelva caprichoso y nos lleve a creer que el tiempo está en contra nuestra.
Las personas LGBT tienen un reto especial, una ardua batalla que libran día a día, pero esto no significa que no puedan hacer uso de todas las herramientas (legales, profesionales, personales y de apoyo) que tienen a su alcance para que cada tic-tac del reloj valga la pena y sea un paso más que fortalezca el sentido de sus vidas.
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