Dilemas de las mujeres solteras de treinta años que no quieren tener hijos

¿Qué retos enfrentan las mujeres que al llegar a los 30 años no se han casado o no tienen entre sus planes tener hijos?

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Ni me dejó el bus ni quiero tener hijos: dilemas de las mujeres en el siglo XXI

Durante décadas las mujeres en nuestra cultura han sido definidas desde dos lugares: la maternidad y la mirada masculina, es decir desde su rol como esposas, madres y objetos de placer para los hombres. Algunas sienten que no encajan en estos roles y se enfrentan a dilemas y retosparticulares al llegar a una edad en la que socialmente se espera que se casen o planeen tener hijos. ¿Qué sucede con las mujeres que al llegar a los 30 años no se han casado o no tienen entre sus planes tener hijos?

 “¡Amiga, te va a dejar el bus! ¡No te puedes quedar vistiendo santos!”

Cuando una mujer llega a los 30 años suenan las alarmasdentro de sus círculos sociales y familiares: “la niña ya tiene 30 años y no se ha casado”, “le tenemos que presentar a alguien” son algunas de las frases que empiezan a llenar las conversaciones entre los padres y las amistades de una treintañera soltera.

Desde ambos flancos empieza la presión mediante indirectas, precauciones y sugerencias encaminadas a evitar la tragedia de que se queden “solteronas” o “vistiendo santos”y conducirlas al camino de salvación donde las espera su media naranja.

Motivadas por el afán, propio o infundado por otros, algunas mujeres inician la búsqueda del esposo ideal, algunas veces en contravía con lo que habían proyectado para su vida, entrando en relaciones que no son del todo satisfactorias, solo para calmar el miedo y la ansiedad de sus familiares y amigos.

Otras treintañeras no conciben la idea de casarse dentro de sus planes de vida y enfocan su energía en soportar la presión e intentar validar su decisión con quienes las rodean, dejando en claro que la soltería no es signo de vergüenza ni de que algo vaya mal en sus vidas.

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me va a dejar el tren

“Todos estos años esperando que me pida matrimonio y nada…”

Es posible que la presión por casarse y/o tener hijos no solo venga de parte de otros sino de ellas mismas. Algunas mujeres con relaciones de pareja estables sienten que llega cierto momento de la vida de pareja en la que es necesario dar el siguiente paso; sienten que su estatus como pareja no es igual al de los casados, por lo que esperan que sus compañeros tomen la decisión de ponerse de rodillas pidiéndoles un si.

Muchas veces este sentimiento de que algo faltaviene dado por una idea rígida y lineal de cómo evoluciona una pareja, según la cual el matrimonio consolida la unión de dos personas, como si se tratara de la cima en la carrera del amor.

Desde este imaginario sobre el crecimiento de la relación de pareja, algunas mujeres se sienten inseguras al no estar casadas y deciden dar por terminado su vínculo de pareja, argumentando: “no me pidió nunca matrimonio y me canse de esperar”.

Otras mujeres deciden continuar en su relación de parejahablando abiertamente con sus compañeros sobre lo que significa el matrimonio para ellas, llegando a nuevos acuerdos o flexibilizando su idea de cómo debe ser una relación y dándose el permiso de tomar nuevas rutas en la vida conjunta que no conciben el matrimonio como el fin último.

Muchas mujeres que no quieren casarse ni tener hijos experimentan una fuerte presión social.

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Ni casada ni con hijos: “¿cómo me voy de la casa?”

Tradicionalmente, las familias esperan que sus hijas salgan de casa junto a un buen hombre y vuelvan en el futuro con los nietos, garantizando que el linaje familiar perdure y dándoles la oportunidad a sus padres de vivir el rol de abuelos. Sin embargo, no todas las mujeres anhelan seguir este camino, sin que esto implique que quieran vivir eternamente en la casa paterna.

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no quiero tener hijos

Realizar una transición hacia la independencia desde la soltería se convierte en una tarea ardua y de múltiples negociaciones y conflictos familiares. Este desplazamiento implica para estas mujeres y sus familias fuertes cuestionamientos, exponiéndolos a la realidad de que ser mujer no necesariamente implica ser mamá y que no es necesario compartir la vida con un hombre para estar completa.

Podemos decir entonces que las dos únicas rutas con las que contaban las mujeres, maternidad y matrimonio, se han desdibujado parcialmente, permitiendo el surgimiento de puntos de retorno, altos en el camino y vías alternas para las mujeres.

La invitación es a que como mujer puedas elegir el camino que quieres recorrer, por elección y no por destino.

Te invitamos a dejar tus opiniones, ideas, experiencias y aportes sobre este tema en la sección de comentarios que encontrarás debajo del formulario de contacto. ¡Queremos oírte!


Acerca del autor: Liberarte

Somos un equipo de psicólogos con Maestría en psicología clínica de la pontifica Universidad Javeriana. Llevamos desde el 208 atendiendo a personas LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales) en psicoterapia individual, de pareja y de familia. adicional a esto realizamos investigación académica en temas relacionados con la orientación sexual y la identidad de género.

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