Feliz navidad…pero no digas nada a tus tíos
La navidad es una época difícil para muchas personas, pues es el momento de encontrarse con familia y amigos e interactuar con personas con las que no se tiene mucho contacto en todo el año. A pesar de que su objetivo es reunir y acercar a quienes se quieren, muchas veces se convierte en la oportunidad perfecta para los chismes, la murmuración y los conflictos familiares. ¿Qué dilemas relacionales pueden presentarse en esta época y qué estrategias resultan útiles para enfrentarlos?
La navidad: un coctel de emociones para personas LGBT
Las personas LGBT enfrentan dilemas específicos durante la época navideña: escuchar a los padres pidiendo “discreción” o prohibiendo directamente hablar de la pareja o demostrarle afecto, que la pareja no sea invitada a las celebraciones familiares y tener que decidir entre pasar las festividades con la pareja o la familia, sentir la soledad y la tristeza debido a los conflictos o las rupturas en las relaciones familiares, sentir la ausencia de los fallecidos y manejar las preguntas incómodas de la familia son algunos de ellos.
Estas situaciones pueden desencadenar rabia, vergüenza, tristeza u otras emociones. Las emociones te dan información, muchas de ellas te impulsan a hacer ciertas cosas, por ejemplo la rabia te lleva a atacar, el miedo a alejarte, la tristeza a no querer hacer nada o aislarte. Sin embargo, muchas veces resulta más útil actuar de manera opuesta, es decir, al sentir rabia, acercarte, al sentir miedo, enfrentarlo, al sentir tristeza, no aislarte.
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Frente a la tristeza, al sentir la ausencia de quienes no están o al estar lejos de quienes son importantes, hablar de cómo te sientes con personas cercanas, no aislarte, tener mayor contacto con tu círculo social y hacer un plan de actividades para cada día son algunas estrategias que te mantendrán a flote durante la tormenta. Pedirle a un amigo que te acoja en sus celebraciones o intentar estar acompañad@ en esos momentos críticos puede hacer de la soledad y la tristeza algo más llevadero.
Si es rabia lo que sientes cuando te hacen una pregunta que no quieres responder o recibes algún comentario indirecto, cambiar de tema, dar una sonrisa y permanecer en silencio o alejarte de la situación pueden ser medios efectivos para escapar a ese momento difícil sin generar un problema mayor, ya que estas fechas pueden no ser las más indicadas para dar las batallas importantes de la vida.
En otras situaciones, las prohibiciones que te hace tu familia sobre cómo debes comportarte con tu pareja o qué temas debes evitar, pueden chocar con tus principios y valores. Hablar abiertamente sobre este choque y validar tu posición manteniendo el respeto por otros puede ayudarte a actuar efectivamente y evitar una gran confrontación.
Año nuevo, vida nueva?
Estas épocas festivas también pueden ser un terreno fértil para la incertidumbre y la duda respecto al futuro. A veces tu mismo puedes ser tu peor juez y hacia el fin de año tu mente emite sus sentencias: “otro año que pasó y no hice nada con mi vida“, “un año más lleno de fracasos“, “un año más sin pareja“. Tener un poco de compasión hacia ti mismo y entender que hiciste lo mejor posible puede alivianar el peso de estas dudas y permitirte caminar nuevamente hacia la vida que quieres vivir.
La navidad: un coctel de emociones para personas LGBT.
Para avanzar en tus objetivos para el año nuevo, formula una ruta en vez de un punto de llegada: tal vez no se trate de “hacer 5 nuevos amigos”, sino de “pasar momentos valiosos y hacer sentir importantes y amados a quienes están cerca de ti”. Muchas veces al cumplir una meta, la satisfacción que obtienes es momentánea, como cuando compras un objeto deseado para posteriormente dejarlo de lado y encapricharte con otra cosa. Por el contrario, caminar en dirección a un valor o un propósito te puede brindar una satisfacción constante en dosis pequeñas.
Si quieres mantener la motivación, da un paso a la vez en la cadena: establece pequeñas acciones que te permitan lograr tu propósito, como si se tratara de pasos de bebé para llegar a dar ese paso de gigante. Puedes formularte acciones cotidianas que te hagan sentir que estás caminando en la dirección que quieres tomar.
Finalmente, la navidad y el fin de año puede ser una época para consentirte: permítete comer ese postre que te has negado durante meses, regálate a ti mism@ algún objeto o experiencia valiosa para ti y si puedes, tómate unas pequeñas vacaciones. Estos pequeños regalos pueden hacer una gran diferencia en estas fechas.
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