“La felicidad” como paradoja de la modernidad
“Los hombres perseguirán aquello que más temen, es decir, serán miserables para no caer en la miseria”
Leonardo da Vinci
“Pare de sufrir“, “estás aquí para ser feliz“, “belleza es felicidad“: constantemente nos encontramos bombardeados por mensajes que plantean como única vida digna de ser vivida aquella que carece de sufrimiento, displacer y negatividad, es decir, una vida inhumana. Sin embargo, la gran paradoja de la modernidad es que entre más cosas hacemos para lograr la anhelada felicidad, peor nos sentimos; a veces pareciera que es algo directamente proporcional.
Vivir en la era de la felicidad
Vivimos en una cultura de la inmediatez, del control, donde se nos presenta como necesidad sentirnos bien, paraactuar bien y ser felices. Gimnasios, tiendas de ropa, videojuegos, viajes y centros comerciales buscan alejarnos del sufrimiento y la insatisfacción.
Cualquier necesidad que se nos presente cuenta con múltiples posibilidades de ser satisfecha; sin embargo, paradójicamente, vivimos insatisfechos.
Frente a los malestares de la vida diaria contamos con un mundo de lugares y experiencias que se nos presentan como felicidad encapsulada, por ejemplo medicamentos como el Prozac, Valium, Viagra, fiestas interminables, drogas, aeróbicos, yoga y la lista podría ser interminable. Sin embargo, hay quienes llegan a un punto donde nada es suficiente, donde nada pareciese llenar el aparente vacío existencial que cargan. Pareciera que el deseo de llegar a ser capaz de algo a menudo impide serlo.
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“Tengo que ser feliz, así sea lo último que haga”
Incluso en el campo de la salud mental, la eliminación total del sufrimiento y el sentirse bien como estado ideal se han convertido en la guía para diferenciar lo normal de lo anormal y el camino a seguir en algunos procesos terapéuticos.
Quedan la preguntas: ¿Por qué entre más elementos tenemos para minimizar el sufrimiento y aumentar la felicidad más infelices somos?, ¿Qué nos lleva a pensar que es una obligatoriedad sentirnos bien para poder alcanzar nuestras metas?
Luchar puede ser realmente agotador cuando el enemigo a quien queremos someter somos nosotros mismos y volcamos toda nuestra vida a apagar las llamas y no a apagar el incendio.
Entre más intentemos controlar, erradicar o vencer el sufrimiento, orientando nuestra vida a este fin, paradójicamente éste no desaparecerá sino que se incrementará y se convertirá en una barrera hacia nuestros sueños y valores.
Vivimos en una cultura de la inmediatez, del control, donde se nos presenta como necesidad sentirnos bien, para actuar bien y ser felices.
“El sufrimiento también hace parte de la vida”
Para poder manejar esta paradoja, nosotros le apostamos a una perspectiva ecosistémica y compleja, la cual se presenta como alternativa frente a este panorama.
En ella el sufrimiento hace parte de la vida y la salud no puede ser definida como la ausencia de síntomas, sino como parte de un continuo entre salud y enfermedad.
Siguiendo la psicopatología crítica de Virginia Moreira, la labor terapéutica no implica un alivio paliativo del sufrimiento ni suprimir en l@s consultantes la capacidad de sentir las diferentesemociones, sino que pretende ser una ayuda para comprender el sentido que tiene el sufrimiento en la vida de cada persona y para aportar eficaz y respetuosamente al desarrollo de la autonomía responsable.
Sentirnos mal no puede impedirnos avanzar en la línea de lo que es importante para nosotros en la vida, ni sentirnos bien debería ser la vara para medir lo normal en salud mental.
Vale la pena recordar que en los momentos de mayor sufrimiento siempre podremos encontrar la brújula hacia el norte de nuestras vidas, no desde la búsqueda incesante de la felicidad, sino precisamente en la medida que hagamos una pausa y logremos mirarnos a nosotros mismos desde un lugar distinto, para poder pensar en otros mundos posibles.
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