El quid de la felicidad
La felicidad es uno de los objetivos personales más frecuentes hoy en día. Sin embargo, a la hora de buscar la tan anhelada felicidad, ésta se vuelve esquiva.
No sabemos dónde encontrarla exactamente y los anuncios publicitarios nos llevan muchas veces hacia un callejón sin salida, cuando comprobamos que ganar más dinero, tener mayor estatus social oser más exitos@ no implica necesariamente ser más feliz. ¿Qué es realmente la felicidad y cómo podemos conseguirla?
Entender la felicidad como una forma de vida, realizar actividades diversas que nos apasionen y desarrollar nuestra resiliencia puede ser la clave.
“¿Qué quieres en la vida?–Quiero ser feliz”
Al preguntarle a la gente, qué es lo que más quiere en la vida, muchos responden que quieren ser felices. Y si preguntamos, “¿qué es lo que te hará feliz?”, las respuestas pueden ser el dinero, el éxito profesional, tener hijos, ser famos@, tener buen cuerpo, tener casa propia, entre muchas otras. Sin embargo, según el principio de la adaptación hedónica, las motivaciones externas como el dinero, el éxito o la fama pueden traer una satisfacción momentánea pero su impacto en la felicidad a mediano y largo plazo es muy leve y sólo da cuenta del 10% de la felicidad cuando las necesidades básicas para la supervivencia están cubiertas. Esto se debe a que nos adaptamos a un nivel de vida más alto y subimos nuestras expectativas, queriendo siempre más de lo que tenemos. ¿Pero qué hay del otro 90%?
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Según los estudios más recientes, existen factores biológicos asociados al nivel base de felicidad en cada persona, pero el 40% de nuestra felicidad está relacionada con actividades intencionales que desarrollamos para sentirnos más felices.
Por tanto, un primer ingrediente clave para alcanzar la felicidad es comprenderla como una forma de vivir que privilegia la satisfacción de las necesidades psicológicas básicas como el crecimiento personal, la vinculación con otros o el sentimiento comunitario.
“Tengo todo lo que quiero pero no soy feliz”
Muchas personas llegan a un punto en sus vidas, en el que han conseguido casi todas las metas importantes que se habían propuesto y aún así no se sienten felices. Esta situación puede ser muy desconcertante, pues podemos llevar muchos años pensando que si cumplíamos con todas aquellas expectativas sociales que se han convertido en sinónimo de éxito, seríamos felices.
Sin embargo, en el afán por lograr todas estas metas es probable que hayamos dejado de lado aquellas actividades de las que no obtenemos reconocimiento social, ni estatus ni dinero, pero que disfrutamos profundamente. Al realizar actividades diversas que nos apasionan, tenemos experiencias gratificantes porque tenemos objetivos claros, sabemos qué tenemos que hacer en cada momento y podemos constatar si lo estamos haciendo bien.
Un segundo ingrediente clave para alcanzar la felicidad es desarrollar actividades diversas que nos apasionen y que resulten estimulantes para nosotros.
Ganar más dinero, tener mayor estatus social o ser más exitos@ no implica necesariamente ser más feliz.
“Me han pasado muchas cosas malas en la vida y por eso no he podido ser feliz”
Por otra parte, es usual sentir que las adversidades que hemos tenido en la vida no nos permiten ser felices. El investigador Daniel Gilbert está convencido de que nuestro lóbulo prefrontal es el responsable, pues nos lleva a sobreestimar el impacto de situaciones negativas, tales como perder el trabajo, tener un accidente de tránsito o padecer alguna enfermedad. ¿Pero qué pensarías si te decimos que las adversidades no son necesariamente malas?
Contrario al imaginario popular, las personas felices también experimentan adversidades y responden a éstas, pero se recuperan rápidamente. Esta recuperación suele ser muy gratificante, ya que nuestro cerebro opera por contraste y por tanto valoramos mucho más lo que tenemos cuando hemos estado en situaciones difíciles.
Es así como un tercer ingrediente clave para alcanzar la felicidad es desarrollar nuestra resiliencia o capacidad para sobreponernos a las dificultades.
Creemos que estos tres ingredientes son parte del quid de la felicidad y nos ayudan a reconsiderar qué necesitamos para ser felices. ¿Cuál crees tú que es el quid para tu felicidad?, ¿qué alternativas concibes para llevar una vida que no pretenda eliminar el dolor o las adversidades, sino que potencie tu felicidad?
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