Confesiones de un hombre gay en el mundo posmoderno
En la actualidad, el mundo globalizado cada vez va más de prisa. Las personas corren para mantener la vigencia porque en esta era son los peces más rápidos los que se comen a los más lentos. ¿Cómo impacta esta nueva era la vida de los hombres gays? Los invitamos a leer las confesiones de un hombre gay en el mundo posmoderno.
“Luego de muchos años de movilizaciones, marchas y visibilizaciones, los hombres gay hemos sido identificados (no digo que con razón) como vanguardistas, cazadores de tendencias (o tal vez generadores de tendencias) y formadores del cuerpo.
La verdad es que muchas veces esta imagen estereotipada y cliché que la sociedad tiene de nosotros, nos obliga a ser “creativos”, “decentes”, “buenos polvos”, a tener “culos firmes”, “vergas duras” y “buena ropa”. Esta imagen nos obliga, como dice un amigo mío, “a comer mierda y eructar pollo”.
Primera confesión: Me rindo
“No se si estas son las confesiones de un hombre gay que esperaban pero aquí van. Hoy yo digo ME RINDO, me cansé, estoy mamado, harto, hastiado. ¡No quiero más! Quiero sentir con libertad. También quiero poder preferir un sitio straight a uno gay sin que me digan que no he aceptado mi homosexualidad. Necesito poder decir que soy gay sin que me estén preguntando por la moda.
Quiero poder decir tranquilo que tengo problemas económicos y no ser despachado por este motivo. También quiero sentir que mis erecciones pueden no llegar, sin miedo a sentirme un impotente. No quiero tener que estar diciendo que soy activo cuando disfruto plenamente que me penetren. Quiero dejar de competir con mi pareja como si fuéramos dos leones de “animal planet”.
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Segunda confesión: Quiero confiar
Aquí va mi segunda confesión: No quiero ser medido en centímetros, ni que me despachen con un click porque dije algo “inadecuado”. Tampoco quiero tener miedo a ser obsoleto cuando envejezca, ni quiero obligarme a que mi pareja todo sea 50 – 50.
Confieso que quiero confiar en mis amigos y no tener que perderlos para que mi relación prospere. También quiero poder sentir que si tengo sexo una vez al mes con mi pareja no estamos mal. Quiero poder tener relaciones libres que no me obliguen a una monogamia (no sólo en lo sexual, sino también en lo afectivo): finalmente somos seres complejos y variados.
Les confieso que quiero sentir con libertad, quiero creer, quiero confiar. Además, quiero mandar flores, dedicar canciones, planear sorpresas y dar segundas oportunidades sin ser visto como “un pendejo”. Quiero creer que cuando envejezca lo único interesante de mi no será la plata. Necesito poder confiar en que “los pollos” van a valorar mi amistad y la relación conmigo sin explotarme.
“Quiero poder decir que soy gay sin que me estén preguntando por la moda, sin que me encasillen bajo un estereotipo.”
Mis deseos para ustedes
Entiendo que muchos de ustedes no quieran esto. Sin embargo, esto que quiero es sólo un deseo. No estoy juzgando a nadie. Simplemente quiero parar este tren porque al menos YO me quiero bajar. No hablo de verdades, simplemente abro mi corazón y me atrevo a pensar en voz alta. Lo hago porque espero que estas confesiones puedan tener eco aquí, ya que afuera es difícil hablarnos de estas cosas.
Espero que ustedes tengan estos espacios para pensar de qué trenes se quieren bajar. También espero que puedan soñar con los ojos abiertos y que llegue el día en que cada uno de nosotros pueda construir su propio tren sin que nos choquemos en el intento!!!
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Si quieres leer más sobre la soledad en el mundo gay, te recomendamos este artículo del Huffington Post: Together alone.