¿Me gradúo y luego qué?
En la sociedad actual, muchas personas pasan de once años de colegio directamente a cinco años más de carrera universitaria; es decir que desde la infancia tienen una estructura clara que marca los ritmos, las rutinas, los códigos de vestimenta y los tiempos de estudio como ocupación principal de la vida. Sin embargo, ¿qué pasa cuando se acerca el grado universitario y con él la entrada a la vida laboral y adulta? Más aún, ¿cómo viven este proceso las personas sexualmente diversas teniendo en cuenta que los roles de género y las expectativas sociales tienden a rigidizarse?
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“¿Me gradúo y luego qué?”
El grado universitario aparece como un momento anhelado durante muchos años y se concibe como la culminación de todo el esfuerzo y las largas noches de estudio durante la carrera. Sin embargo, este momento también puede ser vivido con cierta angustia, pues la incertidumbre sobre lo que vendrá luego de esta transiciónes enorme y por primera vez para much@s, el estudio dejará de ser la actividad principal de la vida. Una de las preguntas más frecuentes es: ¿Y ahora qué voy a hacer?
Por primera vez para muchos, no existe un único camino trazado socialmente sino múltiples caminos posibles que deben ser creados por cada quien, contando muchas veces con las disonancias entre lo que la persona quisiera hacer y las limitantes del mercado laboral para l@s recién egresados. Por tanto, este cambio que parece sencillo, tiene muchas implicaciones para la identidad de quienes pasan de ser jóvenes estudiantes a integrarse en la vida adulta.
Buscar trabajo, crear un negocio propio o proseguir en estudios de posgrado, adquirir competencias y habilidades en el mundo laboral, ganar independencia económica y pasar de las reflexiones teóricas a enfrentarse a las problemáticas más pragmáticas son algunos de los cambios que acompañan este proceso en el que la moratoria psicosocial de la estancia universitaria se deja atrás.
“Me siento en un limbo”
Muchas personas que atraviesan la transición de la salida de la universidad se sienten en un limbo, pues no hacen parte ya de la vida universitaria al no habitar el campus universitario ni tener las rutinas de asistencia a clase, pero tampoco pertenecen todavía a ningún espacio laboral. La ansiedad puede ser aún mayor en este proceso cuando los familiares y amigos presionan para que la persona encuentre un trabajo rápido y “no se quede sin hacer nada”.
Es comprensible que tanto la persona como su círculo social cercano quieran evitar este limbo, motivando a quien se ha graduado para que se integre pronto a la vida adulta, pero a veces este proceso toma tiempo y los múltiples cambios de roles, estilos de vida y expectativas no se dan instantáneamente al recibir el título.
“Qué pasaría si saliera del clóset en el trabajo?”
Además, con todos estos cambios las relaciones de pareja también enfrentan nuevos desafíos, pues cambian la disponibilidad de tiempo, los círculos de amistades, los recursos económicos y las prioridades. Por tanto, la relación también se transforma y puede requerir ajustes o una reevaluación más profunda de los motivos para permanecer junt@s.
En parejas del mismo sexo, los retos en esta transición pueden incluir la negociación de las identidades públicas en el espacio laboral de cada un@, pues para algunas personas puede ser importante lograr un reconocimiento como pareja en el lugar de trabajo y poder así afiliar a la pareja como beneficiari@ al sistema de seguridad social y asistir a las reuniones sociales del trabajo con la pareja, mientras que para otras puede ser más estratégico mantener los espacios laborales y personales separados cuando el entorno laboral es my conservador.
Todas estas decisiones, individuales y como pareja, pueden convertirse en fuentes de tensión para la relación, y su resolución tendrá implicaciones en la dinámica de la pareja.
¿Qué pasa cuando las personas LGBT salen de la universidad y se integran en la vida laboral?
“No quiero vestirme elegante para ser aceptad@ en una empresa”
Además de los retos ya mencionados ante la salida de la universidad, las personas con identidades o expresiones de género diversas enfrentan en ocasiones retos adicionales. Por ejemplo, mientras como estudiantes tenían más libertad en la vestimenta y las expresiones de su identidad personal, en algunos sectores del mundo laboral y de los negocios los códigos de vestimenta tienden a ser más binarios y rígidos.
Es así como socialmente existen expectativas muy clara en torno a cómo debería verse un/una abogad@, un/una médic@ o un/una ingenier@ y algunas empresas incluso indican a sus trabajadores que manejan un código de vestimenta Business casual que de “casual” tiene poco porque implícitamente reafirma requisitos de expresiones de género tradicionales masculinas para los hombres y femeninas para las mujeres.
En este sentido muchas personas trans y otrxs con identidades e género diversas se enfrentan a la encrucijada de tener que conciliar las exigencias de un mundo adulto más binario con sus propias construcciones identitarias, frente a lo cual los malestares en torno a los roles tradicionales de género pueden hacerse más agudos en esta transición ya que las estrategias que funcionaban en el mundo universitario y juvenil pueden hacerse inviables en el mundo adulto.
¿Qué otros retos enfrentan las personas que salen de la universidad? ¿Qué podría ayudar para que esta transición sea más tranquila y sencilla para personas con identidades o expresiones de género diversas?
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