Ya no tenemos sexo como antes

Durante los primeros meses de una relación de pareja, los encuentros sexuales suelen ser frecuentes y muy satisfactorios. Pero luego de que pasa el enamoramiento inicial, muchas parejas se preocupan porque ya no tienen sexo como antes.

Esto puede pasar tanto en parejas del mismo sexo como en parejas heterosexuales. Algunas incluso notan que la actividad sexual se reduce al mínimo y se preguntan por qué. En la convivencia, el afecto y los proyectos compartidos se sienten muy a gusto y no tienen conflictos:

“En todo lo demás nos entendemos muy bien, nos queremos mucho, pero ya no tenemos sexo como antes”.

¿Qué pasa entonces cuando estás en una relación estable y el sexo deja de ser como antes? ¿Cuáles son los principales temores que se presentan en esta situación?

“Si no tenemos sexo como antes, ¿será que se nos acabó el amor?”

Este es uno de los temores más frecuentes cuando el sexo deja de ser como antes. Muchas personas conciben la medida del amor como equivalente a la frecuencia y satisfacción en los encuentros sexuales. Pero esto no es necesariamente así.

Las relaciones de pareja pasan por diferentes etapas, cada una con sus retos particulares. De acuerdo al contexto en el que está inmersa la pareja, a las características personales de cada quien y al vínculo que lxs une, enfrentan cambios que tienen un impacto en la vida sexual.

Por ejemplo, luego del enamoramiento inicial ocurren cambios físicos y psicológicos que llevan la relación a otro nivel. De este modo, los miembros de la pareja retoman sus proyectos personales, familiares y laborales con más tranquilidad. Estos cambios también pueden traer una menor frecuencia en los encuentros sexuales, debido a que la relación se consolida y se empieza a dar atención a otros ámbitos de la misma que adquieren relevancia.

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“Que mi pareja no quiera tener sexo debe ser una señal de que vamos a terminar”

En parejas del mismo sexo hemos evidenciado escasos referentes sobre cómo funcionan las relaciones entre hombres o entre mujeres.  Poco saben las pareja sobre las dinámicas esperables en cada etapa de la relación. Por tanto, aumenta la angustia y los temores cuando ya no tienen sexo como antes.

Especialmente hombres gays y bisexuales se enfrentan al temor de no poder consolidar una relación estable, debido a las dinámicas centradas en lo sexual que se privilegian en las redes sociales y aplicaciones masculinas de homosocialización. Además, muchos nunca han conocido una pareja de hombres que perdure y que puedan admirar o tomar como referente.

Por tanto, pueden sentir que si con su pareja ya no tienen sexo como antes, esto amenaza el vínculo que los une. Esta gran angustia puede dificultar el proceso de buscar una solución o ayuda profesional para evaluar qué está ocurriendo.

“Seguro ya no le atraigo y tiene a otrx”

Para muchxs es difícil hablar con su pareja abiertamente de lo que les inquieta, de cómo quisieran llevar la vida sexual y de cómo les hace sentir que esto esté pasando. Temen hacerle daño al otrx o agravar la situación si se genera un conflicto al respecto.

Sin embargo, este silencio puede alimentar interpretaciones equivocadas de lo que está pasando. Cada quien saca sus conclusiones desde sus temores y no lo contrasta con lo que opina su pareja:

“Seguro ya no le parezco atractivx”, “tal vez me ve como su mejor amigx”, “seguro conoció a alguien más”, “de pronto no quiere tener sexo porque no soy tan buenx en la cama”.

Estas y otras teorías, al ser asumidas como verdades, pueden generar más distanciamiento en la relación, celos, resentimiento y frustración.

¿Qué pasa entonces cuando estás en una relación de pareja estable y después de un tiempo el sexo deja de ser como antes?

Abordar el tema en pareja o con un psicólogo especialista, puede aclarar por qué la actividad sexual ha bajado. También puede aclarar si se trata de un problema o simplemente es un proceso normal de cambio en la relación.

Algunos de los factores asociados frecuentemente a esta situación son:

• Cambios personales que impactan la autoestima, la relación con el cuerpo, la salud física o el bienestar psicológico.
• Monotonía en la relación y pocos espacios que estimulen el crecimiento personal.
• Conflictos con la propia orientación sexual o identidad de género.
• Creencias personales que limitan la exploración de la sexualidad en pareja.
• Preocupaciones financieras.
• Altas exigencias propias o de la pareja sobre el desempeño sexual adecuado.
• Dificultades en la comunicación al interior de la pareja.
• Conflictos de poder en la relación.

Antes de saltar a conclusiones apresuradas, es necesario explorar qué está ocurriendo en la vida sexual de cada pareja. Así, se comprenderá si se trata de un proceso natural de cambio en la relación o si efectivamente hay factores asociados del entorno, de los miembros de la relación y de la interacción de la pareja que deban trabajarse para reactivar la intimidad, el erotismo y los encuentros sexuales placenteros.

Esta exploración la pueden llevar a cabo los miembros de la pareja con una comunicación abierta y sincera sobre sus necesidades y sus sentimientos sobre el tema sexual o con el acompañamiento de un psicólogo especialista en sexualidad y pareja que facilite la conversación tranquila y evite que se generen conflictos adicionales.

Te invitamos a dejar tus opiniones, ideas, experiencias y aportes sobre este tema en la sección de comentarios que encontrarás debajo del formulario de contacto. ¡Queremos oírte!