El poliamor: un nuevo paradigma de las relaciones afectivas
Según una encuesta realizada por Datexco para EL TIEMPO, seis de cada diez colombianos admiten haber sido infieles a su pareja al menos una vez en sus vidas. Además, el 65,8% de quienes hoy dicen ser fieles aceptaría incurrir en una infidelidadsi estuviera segur@ de que no será descubierto. Estas cifras nos llevan necesariamente, como psicoterapeutas, a la pregunta por la monogamia, sus alcances y otras alternativas de vinculación amorosa.
“La monogamia no es natural ni universal”
La monogamia ha sido la forma de vinculación afectiva privilegiada en las sociedades modernas judeo-cristianas y ha estado asociada a la familia nuclear heterosexual. Sin embargo, no en todas las culturas ni en todos los momentos históricos se ha legitimado la monogamia como la norma.
Desde una perspectiva constructivista, es claro que la monogamia se construye en un contexto político, económico, social determinado y por tanto no es natural, universal, normal ni más conveniente que otras posibilidades de vinculación afectiva.
¿Qué tan preparados estamos como investigadores o como agentes de intervención para reconocer, validar y acompañar a quienes construyen vínculos erótico-afectivos desde paradigmas distintos a la monogamia?
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Poliamor vs. monogamia
Existen otras dinámicas relacionales que hoy en día se agrupan bajo la etiqueta del poliamor. Popularmente se entiende que una relación poliamorosa implica el establecimiento de vínculos eróticos y/o afectivos con dos o más personas, quienes conocen y consienten dichas relaciones. Pero según Deborah Anapol, las relaciones poliamorosas se definen a partir de los valores y las apuestas éticas que privilegian, más allá de la forma que tomen.
En relaciones monógamas, la definición de la relación de pareja se sustenta en la exclusividad sexual y afectiva, diferenciando claramente la calidad del vínculo de pareja de otras relaciones de amistad y familiares. Por el contrario, en las relaciones poliamorosas se parte de la premisa que indica que la vinculación erótica y afectiva puede construirse con más de una persona de forma consensuada, privilegiando la autonomía individual y el crecimiento personal a la hora de establecer los vínculos amorosos y sexuales.
El poliamor como espectro de posibilidades
Es así como el poliamor describe un amplio espectro de posibilidades de vinculación erótico-afectiva, entendiendo que la monogamia no es la única opción. Algunas de las opciones de vinculación que caben dentro de este espectro son:
– Parejas swingers: intercambio de parejas para tener un encuentro sexual, manteniendo casi siempre la monogamia en la vinculación afectiva.
– Matrimonio abierto o relación abierta: relaciones de pareja no exclusivas, en las que los miembros pueden tener otras relaciones amorosas y/o sexuales, según los parámetros que acuerde cada pareja. Casi siempre se da prioridad al vínculo primario sobre otras relaciones amorosas que se mantengan.
– Red de relaciones amorosas: estilo de vinculación amorosa en la que coexisten varias relaciones amorosas con igual importancia. La red puede incluir parejas, personas y grupos.
– Matrimonio grupal: relación erótico-afectiva primaria a largo plazo que incluye tres o más adultos y que puede ser cerrada o abierta.
– Trieja: tres miembros conforman una relación amorosa, la cual puede ser abierta o cerrada.
Teniendo en cuenta estas variaciones, podría pensarse que se trata de infidelidades o relaciones extraconyugales no conocidas o no aceptadas por las personas involucradas. Pero mientras en la infidelidad la relación extradiádica no está permitida dentro del contrato conyugal, en el poliamor los vínculos amorosos con múltiples compañer@s son legítimos para tod@s.
En el poliamor los vínculos amorosos con múltiples compañer@s son legítimos para tod@s.
¿Las relaciones poliamorosas tienen más dificultades?
Finalmente, para no caer en una versión romántica del poliamor, vale la pena mencionar que desde nuestra experiencia clínica, tanto las relaciones monógamas como las poliamorosas enfrentan retos y pueden entrar en conflicto, así como también pueden resultar satisfactorias y promover el crecimiento personal de quienes participan.
Además, el poliamor no es para todos, y cada quien puede decidir, qué tipo de acuerdos quiere establecer para sus relaciones en materia de exclusidad sexual y afectiva.
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