¿Cómo empiezo mi tránsito de género?
Hoy en día, muchas personas deciden hacer un tránsito de género, bien sea porque sienten malestar con el cuerpo y el rol de género que les ha sido asignado al nacer o porque quieren construir su género de manera que refleje su autenticidad personal. Algunos ejemplos de personas que han llevado a cabo tránsitos de género son Caitlyn Jenner, Laverne Cox, Brigitte Luis Guillermo Baptiste, Chaz Bono, Buck Angel, Balian Buschbaum, entre otros.
El momento en que una persona se plantea la posibilidad de hacer un tránsito a otro género suele estar acompañado de preguntas, dudas y desafíos. Se trata de un proceso exigente que plantea desafíos sociales y personales, en el que no existe un único camino ni tampoco un único destino. Cada persona crea su propia transformación identitaria según su experiencia vital, sus anhelos y las oportunidades que presenta el contexto social y los vínculos en los que se desenvuelve. Hombres trans, mujeres trans, personas Two-Spirit o personas con géneros fluídos son algunas de las posibilidades para quienes construyen una identidad de género diversa.
Especialmente en el contexto latinoamericano existen pocos recursos informativos y de apoyo que acompañen los tránsitos de género y que faciliten el proceso de integración de la propia identidad: ¿Cuáles son algunas de las preguntas y necesidades de quienes emprenden un tránsito de género?
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Para much*s, esta pregunta tiene una respuesta clara, pues han identificado en su historia de vida varios momentos en los que ha sido evidente el malestar frente al propio cuerpo, el rol de género asignado o el trato que reciben de los demás al ser identificados con el género que tradicionalmente se asocia al sexo de nacimiento.
Sin embargo, para otras personas esta pregunta no se resuelve tan fácilmente, pues han reprimido sus sentimientos durante tanto tiempo que resulta difícil conectarse con lo que realmente sienten y quieren. Otr*s no han experimentado un malestar tan intenso frente a su género y su anhelo de hacer un tránsito de género emerge como propuesta de una construcción identitaria genuina que les represente y les haga sentir más cómod*s.
Por tanto, no es posible responder la pregunta de si se es trans o no desde criterios universales, aplicables a todas las personas, sino que por el contrario se trata de una pregunta existencial que cada quien se responde desde sus propias vivencias y desde la representación que ha construido y que quiere construir sobre sí mism*.
Por tanto, la labor del psicoterapeuta al acompañar las búsquedas de personas que enfrentan dudas sobre su género no es emprender una búsqueda detectivesca de pruebas que indiquen si se trata de una persona “trans”, sino por el contrario crear un contexto que permita al consultante crear sentidos ampliados sobre quién ha sido, quién es ahora y quién quiere ser en el mundo.
La identificación con un género no es entonces un diagnóstico que el profesional pueda imponer a otr*, sino que es la persona misma quien responde finalmente a la pregunta de cómo se identifica y qué decisiones quiere tomar al respecto.
La sexo-afectividad no es un fenómeno únicamente biológico, sino que además se trata de un fenómeno social y psicológico, en el que cada persona puede decidir.
“¿Cómo le digo a mi familia?”
Uno de los retos más difíciles para algunas personas que emprenden un tránsito de género es salir del clóset o comentar a familiares y amigos sobre el proceso que quieren adelantar. Muchos tránsitos de género implicantransformaciones físicas e identitarias que son públicas y que además requieren la legitimación social para ser integradas en la propia representación de si mism*s.
Por ejemplo, hay quienes deciden intervenir sus cuerpos a través de cirugías y de cambios en su forma de vestir para construir su género de acuerdo con la manera en que se identifican. Algunas personas también modifican su identidad civil a través de un cambio de nombre y/o de sexo en sus documentos.
Estos y otros cambios que hacen parte de asumir una identidad de género distinta implican una transformación no sólo personal sino también relacional de los vínculos familiares, de pareja y sociales, pues implican un cambio en la representación que tienen los demás de quien está en tránsito.
Por tanto, no existe una receta única para compartir esta decisión con los demás, sino que es necesario crear un plan estratégico, que vaya de acuerdo con con el estilo personal y con las dinámicas de cada familia, reconociendo cuál ha sido la historia de estos vínculos, qué papel ocupa la persona en la familia, en qué momento del ciclo vital se encuentra y con qué recursos emocionales, materiales y de apoyo cuenta para recibir las distintas reacciones de los miembros de su familia.
Una clave que puede ayudar mucho al momento de contarle a la familia es lograr un fortalecimiento personal y una ampliación de la autonomía emocional, proceso que puede adelantarse en distintos escenarios, entre ellos el psicoterapéutico.
“¡Quiero empezar a hormonarme ya!”
Para much*s, el inicio del tratamiento hormonal marca un hito importante en el tránsito de género, pues empiezan los anhelados cambios físicos que afianzan la propia identidad de género y armonizan la relación con el propio cuerpo.
Sin embargo, el deseo de iniciar el proceso hormonal lo antes posible junto con las barreras de acceso a los servicios de salud para personas trans, pueden llevar a algunas personas a automedicarse sin un acompañamiento médico, lo cual tiene enormes riesgos para la salud y trae muchas veces consecuencias irreversibles para el funcionamiento de órganos como el hígado o los riñones, entre muchos otros riesgos.
Además, en algunos casos no se han contemplado las implicaciones relacionales de los cambios físicos y del estado de ánimo que se acentúan con el tratamiento de reemplazo hormonal, lo cual puede llevar a que estos cambios se vivan con angustia en vez de poder ser disfrutados y asimilados con tranquilidad.
Por ejemplo, quienes no han compartido su decisión de hacer un tránsito de género con sus seres queridos o en su entorno laboral o de estudio al momento de iniciar el tratamiento hormonal, pueden sentir angustia de que estos cambios sean demasiado rápidos y evidentes, a pesar de que por otra parte los esperan con ansias.
Por tanto, este hito tan importante para algun*s debe planearse como parte del tránsito de cada persona, garantizando que pueda ser un paso más que afiance la propia identidad y que promueva el bienestar físico y emocional. El momento indicado debe decidirlo cada quien, contemplando la preparación necesaria para asumir todos los cambios que trae la hormonación y asegurando que su salud física y emocional se cuide en todo momento.
Estas son sólo algunas de las preguntas y necesidades de quienes emprenden un tránsito de género, pero al ser estos procesos personales y únicos, existen muchos otros desafíos y recursos que pueden hacer parte de las transiciones hacia una mayor integración del ser.
La labor de los psicoterapeutas y de otros profesionales de la salud que acompañan a quienes construyen identidades de género alternativas es poder escuchar con oídos agudos y visiones amplias los anhelos y las inquietudes que aparecen y que requieren soluciones particulares ajustadas al contexto de cada persona y a su visión del mundo.
También es responsabilidad de los profesionales estar informados acerca de las posibilidades médicas, legales y sociales para ofrecer a quienes les consultan y a sus sistemas de apoyo herramientas útiles para hacer de los tránsitos procesos más fluidos y tranquilos.
Te invitamos a dejar tus opiniones, ideas, experiencias y aportes sobre este tema en la sección de comentarios que encontrarás debajo del formulario de contacto. ¡Queremos oírte!
