¡Despatologizar es necesario pero no suficiente!
El 20 de octubre de cada año es el día internacional de acción por la despatologización de las identidades trans. Des hace varios años, esta fecha se acompaña de la campaña mundial STP 2012 “Stop Trans Pathologization”.
¡No más patologización de las identidades trans!
La campaña STP 2012 aboga por la retirada de la categoría de “disforia de género” y “trastornos de la identidad de género” de los catálogos diagnósticos de trastornos mentales (DSM de la American Psychiatric Association y CIE de la Organización Mundial de la Salud), así como por los derechos sanitarios de las personas trans.
Consideramos valiosos estos esfuerzos que reposicionan a las personas frente a sus procesos vitales y a las construcciones de género que decidan hacer, reconociendo su libertad y sus derechos fundamentales como seres humanos para transformar su identidad y recibir un acompañamiento médico que responda a susnecesidades específicas, sin que medie un diagnóstico psiquiátrico en el cual se vea comprometida su salud mental.
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Todo esto dará lugar a avances importantes tanto a nivel personal, como también a nivel social. Por tal motivo apoyamos plenamente esta iniciativa y queremos llevar la reflexión a un nivel más amplio al preguntarnos: ¿qué entendemos en realidad por identidad?
Es claro que lo que se pretende despatologizar es precisamente la construcción de identidades trans. ¿Estamos despatologizando una entidad estable que está fijada sobre el individuo o lo que pretendemos es ampliar las comprensiones alrededor de la construcción misma de la identidad como proceso de creación continua?
Si comprendemos la identidad como una entidad fija y preexistente que la persona (o el médico/psiquiatra/psicólogo) descubre, tal vez continuemos pres@s de las etiquetas y de los discursos imperantesalrededor de la sexualidad incluso tras la despatologización de las identidades trans en los manuales psiquiátricos.
No podríamos pensar que el dispositivo de la sexualidad, siguiendo a Foucault (1984), y en este sentido los dilemas que nos plantean las nociones contrapuestas entre salud y enfermedad, cordura y locura, real e imaginario, heterosexual y homosexual, hombre y mujer desaparecerán al afirmar: “no estamos locos ni enfermos”.
¡No más patologización de las identidades trans!
Más allá de la despatologización
El gran reto, para el cual seguramente esta campaña abonará algunos avances, estaría en poder plantear las diversas posibilidades de construcción de la propia identidad (no sólo de género, pero incluyéndola) desde múltiples niveles de interacción, pasando por lo legal, lo médico, lo personal, lo familiar, lo comunitario, etc.
Y entonces el gran miedo de los psiquiatras sería más fácil de enfrentar: ¿y si luego de la transición se arrepiente? Pues definitivamente cualquier persona, trans o no, tiene la posibilidad de arrepentirse, de cambiar y de no querer reificar una única identidad sexual estable, renunciando a las múltiples posibilidades de transformación.
La experticia de cada quien estaría en poder reinventarse. La experticia médica y psicológica estaría en poder acompañar estas creaciones identitarias, cuando sus servicios sean solicitados, desde referentes que ayuden a las personas a evaluar las implicaciones de sus creaciones.
Te invitamos a dejar tus opiniones, ideas, experiencias y aportes sobre este tema en la sección de comentarios que encontrarás debajo del formulario de contacto. ¡Queremos oírte!