Asexualidad: ¿Patología, decisión, condición?
Al hablar acerca de orientaciones sexuales diversas, comúnmente escuchamos términos como homosexual, heterosexual, bisexual e incluso pansexual. Sin embargo, muy poco se habla acerca de la asexualidad. ¿Qué significa la asexualidad?, ¿es igual al celibato?, ¿se trata de personas que tienen un problema o de una orientación sexual tan legítima como las demás?
¿Qué es la asexualidad?
La asexualidad se refiere a la ausencia total de atracción sexual hacia cualquier persona, independientemente de su edad, raza, identidad de género, etc. A diferencia del celibato, la asexualidad no es una opción personal en la que a pesar de sentir atracción y deseo sexual, se prefiere no sostener relaciones sexuales ni alimentar estos deseos.
Por el contrario, tal y como lo menciona la organización AVEN (Asexual Visibility and Education Network), una persona asexual no experimenta atracción ni deseo sexual hacia otros, aunque puede experimentar cercanía emocional, sentimientos románticos y como cualquier ser humano, tiene la capacidad de formar relaciones interpersonales satisfactorias.
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Ser asexual en una cultura hipersexual
Ser asexual cobra matices particulares en nuestra cultura, en donde el sexo, para bien o para mal, es central. No en vano Freud, el médico psicoanalista, creó toda una teoría alrededor de la sexualidad. Además, hoy en día se ha establecido una jugosa industria comercial y cultural que funciona para satisfacer nuestros deseos, en la cual elviagra y la pornografía son tan solo dos engranajes de esta gran maquinaria.
La sexualidad ha sido fundamental para nuestra reproducción social y biológica: obtenemos compañía, recreación y transmitimos nuestros genes a través del sexo; incluso existen numerosos estudios que resaltan la influencia positiva de una vida sexual activa sobre el bienestar físico y psicológico de los seres humanos. Desde gripa hasta depresión, el sexo parece ser la solución.
¿Qué pasaría si no tuviéramos deseo sexual?, ¿con qué llenaríamos el vacío que la sexualidad ha dejado en nuestras vidas (suponiendo que existiera un vacío)? Este tipo de cuestionamientos hacen parte de los desafíos que día a día enfrentan quienes se identifican como asexuales.
¿Que tipo de reacciones pueden tener médicos, psicólogos y familiares respecto a la ausencia total de deseo? Seguramente las respuestas serían similares a las que se tienen con la homosexualidad o la bisexualidad: “eso no es posible”, “es solo una etapa, una moda”, “se trata de una enfermedad”.
¿Qué significa la asexualidad? ¿Se trata de personas que tienen un problema o de una orientación sexual tan legítima como las demás?
Asexualidad: una orientación sexual invisible
La diferencia en la manera de enfrentar estos argumentos radica en la invisibilidad casi total de esta orientación sexual y la ausencia de grupos de apoyo visibles en torno a esta condición. En Colombia, Johanna Villamil de 27 años ha sido la cara visible de la asexualidad y ha trabajado para agrupar a estas personas en nuestro contexto.
Nuestro reto como terapeutas es acompañar de manera oportuna a estas personas, desde una mirada no patologizante que no busque adaptar a las personas al contexto y que por el contrario fortalezca la autonomía de los individuos para promover la toma de decisiones responsables y el afrontamiento de los retos que esta condición plantea en nuestro contexto.
Además, cuestionar la omnipotencia y omnipresencia del sexo en nuestras vidas, viéndolo como un elemento más en medio de muchos otros como la intimidad, el amor y la comunicación, nos puede llevar a vivir relaciones interpersonales más satisfactorias e integrales sin identificarnos necesariamente con una orientación asexual.
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Muchas personas LGBT se preguntan si para ser felices tienen que salir del clóset. Revelar a familiares y amigos la propia orientación sexual o identidad de género puede ser importante para algun@s, pero ¿es realmente necesario o conveniente en todos los casos? ¿Es la salida del clóset la única manera de vivir una vida satisfactoria como gay, lesbiana, bisexual o trans?
La salida del clóset es una decisión personal que se toma tras un balance de los riesgos y beneficios que implicaría, pero que no debe ser impuesta por otros o asumida como la única vía hacia una vida satisfactoria.
“¿Cuándo debo salir del clóset?”
El 11 de octubre de cada año se celebra el Día Internacional para salir del clóset y diversas organizaciones, tales como la Human Rights Campaign, desarrollan campañas que pretenden aportar recursos para quienes están considerando salir del clóset o para quienes están en proceso de asumir su orientación sexual o identidad de género.
Sin embargo, no existe un momento específico en la vida en el que todas las personas sexualmente diversas deban salir del clóset, pues ésta es una decisión personal que cada quien toma según sus necesidades y sus posibilidades en un contexto familiar y social particular.
Hay quienes salen del clóset muy rápidamente luego de asumir su diversidad sexual o de género, mientras que otros lo hacen mucho después, o sólo con ciertas personas. También hay quienes deciden nunca hacerlo por los riesgos personales que implicaría. En otros casos, los familiares o amigos confrontan a la persona LGBT y la sacan del clóset.
Finalmente, algun@s nunca han estado en el clóset y por tanto ni siquiera se plantean esta pregunta, bien sea porque han actuado siempre con naturalidad según lo que sienten o porque consideran que la orientación sexual o el género no son aspectos fundamentales de su identidad.
No existe una receta universal sobre la salida del clóset. Cada quien puede tomar las decisiones que considere más convenientes al respecto para promover su bienestar y garantizar su autoprotección.
